El primer
paso para estudiar a conciencia es saber o tener una idea general de lo que
vamos a estudiar y para ello necesitamos de la llamada PRE-LECTURA.
Existen
diferentes tipos de lectura, que se pueden utilizar para la Pre-lectura que
son:
- Lectura de
estudio:
Es una lectura lenta para conocer todo el contenido del tema. No es
muy apropiada en una pre-lectura pero si es plausible.
- Lectura de
entrenamiento:
Básicamente es leer por placer, sin necesidad de concentrarnos
al 100% en lo que leemos.
- Lectura a
saltos:
Como su nombre indica hablaríamos de una lectura de un artículo, tema, etc,… pero no al 100% sino saltándonos párrafos, frases,…
- Ojear:
Echar un vistazo por encima a lo que tienes delante.
Independiente
de la forma de los tipos de lectura que existen, hay que tener en cuenta que
una lectura rápida es lo mejor para tomar conciencia del tema que vamos a
profundizar a continuación.
Existe una
tabla que mide las velocidades a la hora de leer por edad, por ejemplo, un niño
de 15 años tiene una velocidad media de 225-250 palabras por minuto. Todo aquel
que no supere ese porcentaje tiene que realizar técnicas para aumentar su
velocidad ya que, a la larga, le servirán para muchos otros tipos de cosas.
Aquí les dejamos algunos consejos cuando hagamos una Pre-lectura:
- No mover
los labios o leer mentalmente lo que nuestros ojos ven.
Hay que tratar que sea
el cerebro el que lo asimile, pero no pronunciar las palabras mentalmente.
- No te guíes con un lápiz, bolígrafo o cualquier otra
cosa por las líneas de la materia a estudiar, eso repercute en tu estudio
porque no eres capaz de concentrarte por sí solo y una parte de tu
concentración se pierde en concentrarte en no perder la línea con el objeto.
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